Marchenero
El Marchenero es una raza antigua, cuya primera variedad desapareció, pero que el actualmente posee las mismas características encantadoras. Se sabe que se encuentra entre las aves buchonas más viejas de España, datándose su crianza desde hace más de 1.000 años. Como muchas otras razas, se cree que se importó desde el exterior y que su antepasado es la extinta paloma de Calitejo.
Es un palomo de postureo, que se denomina así por las peculiaridades que lo caracterizan al momento de osar. Ha de mostrar una postura al volar, y lo hace articulando más las puntas de las alas que el resto de ellas. Nunca rema, es decir aletea hacia atrás, ni tampoco planea, excepto al momento de posarse. De hecho, aunque quisiera, jamás podría, ya que la cola la tiene metida hacia dentro, la frena y la concavidad de las alas, lo hacen descender rápidamente.
A continuación destacaremos cada una de las cualidades y características de estas preciosas aves. ¡Acompáñanos!
Origen del Marchenero
Durante la Edad Media, mientras Europa estaba dividida en cientos de pequeños principados feudales, las tribus de Oriente Medio se unieron bajo la religión Islámica y bajo este grupo unificado de gobernantes conquistaron todas las tierras de África que bordean el Océano Mediterráneo. Estos moros trajeron a sus animales e incluyeron en ese grupo a las palomas. Estas eran principalmente palomas voladoras, y había una en ese grupo que era conocida por tener una cola en forma de mosaico, de ahí su nombre, Colitejo. El colitejo fue el antepasado del Marchenero.
El nombre de Marchenero apareció cientos de años después que los moros fueran expulsados de España. Se desconoce cómo se desarrolló la raza y cómo surgió la característica de inflación del cultivo. Pero, sí se sabe que surgió del cruce con otras razas.
Apariencia general del Marchenero
A través de los siglos, el Marchenero desarrolló las características por las cuales es conocido hoy. La más inusual de estas características es el método único de flamear su cola ya sea volando o simplemente pavoneándose alrededor del desván. La cola del Marchenero se asemeja a una langosta y para enfatizar aún más esta característica, las plumas de la grupa se enroscan en la espalda. Este factor es exclusivo de esta raza.
En la primera impresión, el Marchenero parece ser una paloma sustancialmente construida, pero cuando la vez de cerca, de repente te das cuenta que es un cuerpo bien desarrollado. Plumas sueltas también se suman a la apariencia.
Características del Marchenero
La cabeza, vista de frente, es estrecha y fina, ensanchándose progresivamente desde la comisura del pico hasta la altura de los ojos. Mirada de perfil es mediana, formando una concavidad. El buche del Marchenero es esférico y voluminoso, elevado sin exceso y que no cuelga demasiado.
El cuello es ligeramente corto y grueso, por el aspecto que le da el espesor de su abundante pluma: larga, ancha y rizada. Al finalizar la cabeza, se inicia una suave y amplia curva que llega hasta el dorso. El pecho es ancho, también por la apariencia que aporta su erizada pluma.
La cola está formada por 12 plumas cortas y proporcionalmente anchas que es más o menos en proporción. De plumas anchas y no muy largas. Debe llegar hasta el extremo de la cola, forzada en paralelo para su medición. Se admiten también todos los colores.
Temperamento
Una de las cosas que atrae a la gente al Marchenero es su naturaleza mansa. Es una pequeña paloma intrépida, que siempre está arrullando y pavoneándose, haciendo un espectáculo. Debido a su naturaleza, el Marchenero se presta a ser la variedad de buchones más fácil de exhibir. Desde el momento en que abandona el nido, el Marchenero es naturalmente manso.
Cuidados básicos
En cuanto su alimentación, es un ave que debe seguir una dieta en la que se incluyan diferentes tipos de granos, pero que se otorguen de manera moderada ya que pueden caer en obesidad. También, es recomendable dar algún tipo de verdura como lechuga o zanahoria.
No se recomienda tenerlo mucho tiempo enjaulado y su plumaje debe mantenerse constantemente para sacar el máximo provecho de su belleza.