Chato manchego
El Chato manchego es una raza ligera, de tamaño mediano que se encuentra bien proporcionada en respecto con el cuerpo. Debe presentar un equilibrio y correlación entre las longitudes de su cuello, pechuga, cola y alas, de manera que ninguna resalte sobre el resto.
Todo en el Chato manchego es de sensación fina, equilibrio y ligereza, pues, se trata de una raza esencialmente de vuelo y trabajo, que desde su nacimiento ha sido pulido para facilitar su agilidad y elegancia en el aire.
A continuación, definiremos en detalle cada una de las características y cualidades de esta gran ave. ¡No te lo puedes perder!
Origen del Chato manchego
A mediados de 1860, llegaron a Loca procedentes de Valencia dos pares de palomas de tamaño mediano, que tenían un color azul y una redondeada cabeza. A partir de este momento, un aficionado de las palomas, llamado Diego Rodriguez, realizó una serie de cruzamientos desconocidos de este palomo con otras razas. Entre las mismas se encontraba el Quebrado murciano, que por aquellas fechas era la paloma que más se criaba en Lorca.
Todo esto dio como resultado a un tipo de paloma muy ligera, sin buche y con un celo extraordinario, que se fue extendiendo rápidamente entre la afición lorquina durante las dos últimas décadas del siglo XIX. El Chato manchego se empezó a utilizar para el acarreo de palomas perdidas y el hembreo. En la primera parte del siglo XX, algunos palomos comenzaron a destacar por su especial estética y belleza en el vuelo, comenzando la afición de aplicar al Chato manchego en las exhibiciones y mantener el desarrollo de la raza para explotar estas cualidades únicas.
Apariencia del Chato manchego
El Chato manchego es una raza que tiene que ser ligera porque es la característica base del estándar. De tamaño mediano, bien proporcionado con respecto al resto del cuerpo, y un equilibrio y correlación entre las longitudes del cuerpo, cola y alas.
La paloma, como se mencionó anteriormente ha sido catalogado como bella, por lo que la sensación que da a primera vista es de una ave fina, que tanto en su vuelo como en el trabajo que realiza desprende agilidad y elegancia. Tanto así, que es de las favoritas en los concursos de belleza.
Características del Chato manchego
- Para los machos, el peso promedio es de unos 330 a 400 gr, mientras que en las hembras, es un poco menos, de 300 a 370 gr.
- La longitud de esta ave oscila los 22 a 25 cm, eso en los machos. Mientras que las hembras llegan a medir unos más cortos 21 a 23 cm.
El ojo debe ser muy vivo, de color rojo o anaranjado brillante, y el ribete muy fino de un color que se asemeje al del plumaje. El pico debe ser mediano, pero fuerte, siguiendo la línea de la redondeada cabeza. Las carúnculas nasales, por otro lado, son finas y tienen forma de corazón.
El cuello es limpio, fuerte y largo, pero proporcionado. Siempre en una línea armónica. El pecho del Chato manchego nunca debe ser muy ancho, tampoco tan pronunciado, más fuerte y proporcionado al cuello. Este palomo nunca debe presentar un buche, pues se trata de una raza de arrullo.
Las alas, cunado se encuentran en reposo, deben permaneces bien pegadas al cuerpo. La pluma que las recubre debe ser mediana de anchura, larga y bien pegadas.
Colores del Chato manchego
Los colores tradicionales en los que se ha criado el Chato manchego son bronceado, ahumado, colorado, y negro. Pudiendo presentarse todos ellos con plumas blancas, lo que sería trepados, curros, mascotas, corbatos y jazmines.
Temperamento
El Chato manchego es fogoso, vivo, cuando se encuentra en libertad es algo huraño, pero serio cuando se encuentra encerrado, mostrando recelo frente a los extraños.
Defectos
Se considerará defecto que tenga un desproporción, bastedad, cabeza aplanada o sin continuidad, que presente un buche, pecho muy ancho o abultado y una pechuga corta.
Cuidados
En cuanto su alimentación, es un ave que debe seguir una dieta en la que se incluyan diferentes tipos de granos, pero que se otorguen de manera moderada ya que pueden caer en obesidad. También, es recomendable dar algún tipo de verdura como lechuga o zanahoria.
No se recomienda tenerlo mucho tiempo enjaulado y su plumaje debe mantenerse constantemente para sacar el máximo provecho de su belleza.
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