Buchon jienense
Entre las razas primordiales de palomos españoles, se encuentra el Buchon jienense, admirado por su instinto conquistador, plumas azules y refinada forma de cabeza. Lo anterior, mezclado con una postura de paloma conocida como ‘colguero’, descendiente del Quebrado Murciano, dio lugar a un buchón extremadamente popular en la península ibérica, castilla y Madrid.
El palomo Buchon jienense reúne las cualidades que muchas razas exhiben hoy en día por distintos lugares donde se cultivan. Tenga en cuenta que esta no es una raza primitiva, sino que es el resultado de muchos cruces con otras razas, que tomaron lugar hace muchos años para definir al ave que conocemos hoy en día.
A continuación, desglosaremos cada una de las cualidades y características de esta fascinante ave. ¡Acompáñanos!
Historia del Buchon jienense
Los orígenes de esta ave se remonta a Andalucía, donde se trajeron la raza principal o base del Buchon jienense. A partir de este momento, fue seleccionado y cultivado hasta finales del siglo XIX, que fue llevado por emigrantes a la provincia de Jaén y todo Levante, para cruzarlo con razas autóctonas.
A partir de la salvaje ‘paloma de Casta o Ladrona’, se seleccionó una especie de paloma de carácter muy elegante y con el buche desarrollado que colgaba en su pecho. Fue descrito por muchos autores españoles como López Martínez y M. Buch.
Características del Buchon jienense
Esta es un ave de tamaño mediano, esbelto, de cuello recio que en posición normal se ve estirado y echado, pero que de atrás se nota ancho con alas grandes y poderosas. No debe arrastrar el buche por el suelo, ni bajo las patas, más bien debe llevarlo esbeltamente hasta conseguir un aspecto armonioso que sea vistoso a los ojos.
Perteneciendo al gran linaje de buchones, que han pasado por la selección de muchos años, se ha llegado a un desarrollo casi antinatural del buchón, por lo que recibe el nombre de buchón. Sus principales virtudes radican en la seducción, gran vuelo y trabajo para atraer a su palomar perdido.
Apariencia del Buchon jienense
El Buchon jienense posee una cabeza ancha en su parte superior, que es almendrada, formando una línea elíptica desde la parte posterior hasta la nariz. Los ojos tienen un iris que debe ser rojo pigmentado y brillante en los azules, negros y mulatos. Por otro lado, el pico en su primeros años da la sensación de ser bastante largo, pero a medida que va creciendo y alcanzado la adultez engorda las rosetas y desaparece esa largura.
El buche deberá tener forma de pera, no muy grande, pero algo descolgado. Siempre tiene que estar en posición normal sin arrastrarlo o arrullando el suelo. Tampoco lo debe tener alto o subido a los lados del cuello.
Plumaje y color del Buchon jienense
Las plumas tienen que estar pegadas al cuerpo y ser brillantes, siempre sanas. La cola es de un tamaño promedio de 12 plumas, siendo medianas, anchas y vigorosas. Se admiten cualquier tonalidad de color, pero siendo el predominante los azules, tocados, negros agotados, porcelana y cenizos.
Temperamento
Es un palomo tranquilo y sencillo, que se mantienen siempre solteros y dedican la galantería a buscar novia. Sin embargo, tiene su orgullo y puede ser un reto para algunos cuidadores que necesitan poner un empeño si desea amaestrarlo correctamente.
Defectos
En general, cualquier indicio de que las características anteriores mencionadas no se presenten en el cuerpo del animal, será considerado defecto y serán penalizados en todo caso.